Los jardines colgantes de Babilonia.

Era el año 600 a.C y reinaba Nabucodonosor II en Caldea, su esposa Amytis, hija del rey de los medos, se sentia muy triste, por que le gustaba mucho la naturaleza y en la ciudad solo habia imponentes construcciones que su marido el rey encargaba. Para que recordara las montañas de su tierra y contrastar un poco con las llanuras de Babilonia, encargó la construcción de los jardines colgantes.

Estos jardines estaban sustentados sobre una piramide en una superficie de 19.600 metros cuadrados. La piramide estaba formada por una serie de
terrazas soportadas por arcos de 6 metros de longitud, hasta alcanzar una altura de 90 metros. En la parte alta de la pirámide, en el ultimo nivel, había un gran depósito, desde el que partía el sistema de regadía para toda la pirámide., el agua se subía mediante un ingenioso sistema de norias. Estaban situados junto al palacio del rey, y junto al rio, para que los viajeros, que tenían prohibida la entrada, pudieran contemplarlo.

El clima de la zona, húmedo y cálido, hacía que el jardín estuviese permanentemente florecido. Los jardines, bajo los arcos, disponían de alcobas para los gobernantes y personas importantes que visitaban los jardines.

Con la invasión persa, los jardines acabaron por desaparecer, junto con Babilonia, debido al incendio que provocó Evemero para conquistarla en el año 125 a.C. Todo ello redució la ciudad a ruinas.

Los jardines, están considerados una de las siete maravillas de la antiguedad. Las excavaciones arqueológicas más recientes en la antigua ciudad de Babilonia, en el actual territorio de Irak destaparon el asentamiento del palacio. Otros hallazgos incluyen la construcción abovedada con paredes gruesas y una irrigación cerca del palacio meridional.