jueves, 22 de septiembre de 2011

Vendían agua radioactiva embotellada.

Y las personas la compraban.
1951. Es el boom de la radioactividad, y un gran boom, pues se vendía y compraban cosas tan insólitas como hebillas, caramelos y pomadas radiativas, entre otras, prácticamente a lo que diera la imaginación del fabricante.



El "visionario" William J.A. Bailey, era uno de esos vendedores, comercializaba de todo, incluida agua radioactiva "RADITHOR". Lo que hoy sería una completa locura, por aquellos tiempos era la moda de los ricos.

 
Esta botellita de radithor, contenía µCi 2 de radio disuelto en agua destilada, y se vendía como el remedio definitivo a un sinfín de enfermedades, tratamiento contra la vejez...
Pero claro, los inconveniente no se hicieron esperar, llegaron las muertes por radiación, y una de las que más revuelo provocó fue la muerte de Eben Byers.


Este señor fuen un golfista, magnate del acero, que se bebía aproximadamente 3 botellines diarios, llegando a calcularse un consumo total de entre 1400 y 1500 botellines a lo largo de su vida.
Al comienzo de su ingesta, el magnate se sentia en forma, incluso rejuvenecido (efecto placebo¿?) llegando a convencer a personas cercanas a él para seguir su "programa de bebida".
Las consecuencias fueron dolor de cabeza, dientes, y finalmente la muerte.

Y ahora yo me pregunto, ¿estaremos haciendo algo ahora, para que con el tiempo nos tachen de inconscientes?

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